EL DOMINGO DE LA MISERICORDIA
Un corazón que sufre por el amor es propenso a repetirse y así fue con el Corazón Misericordioso de Jesús. En varias ocasiones, Jesús derramó su corazón sobre la Fiesta de la Misericordia, que ahora se llama, Domingo de la Divina Misericordia. Santa Faustina, desconcertada sobre cómo establecer esta fiesta en la Iglesia, en algún momento se le dijo que ya existe tal fiesta. Cuando ella le mencionó esto al Señor, su respuesta nuevamente es de un amante herido. Así es como tuvo lugar la conversación:
“Pero, Jesús, debo decirte todavía una palabra. Estoy muy sorprendida de que me ordenas hablar de esta Fiesta de la Misericordia, mientras esta Fiesta según me dicen, ya existe, entonces ¿para qué he de hablar de ella? Y Jesús me contestó: ¿Quién, de entre la gente, sabe de ella? Nadie. Y hasta aquellos que han de proclamarla y enseñar a la gente esta misericordia, muchas veces ellos mismos no lo saben; por eso quiero que la imagen sea bendecida solemnemente el primer domingo después de Pascua y que se la venere públicamente para que cada alma pueda saber de ella.” (Diario, 341)
El 30 de abril de 2000, San Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina y ordenó que la Iglesia Universal celebrara esta fiesta según los deseos del Señor misericordioso. Luego, el 23 de mayo, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos declararon que "en todo el mundo, el Segundo Domingo de Pascua recibirá el nombre Domingo de la Misericordia Divina, una invitación perenne al mundo cristiano a enfrentar, con confianza en la benevolencia divina , las dificultades y pruebas que la humanidad experimentará en los próximos años."
Ciertamente, este día y su celebración anual son un consuelo para el Corazón Misericordioso de Jesús que está lleno de amor por la humanidad. Aquí hay algunos extractos del diario de Santa Faustina con respecto a la fiesta:
“Quiero que la imagen sea bendecida solemnemente el primer domingo después de Pascua y que se la venere públicamente para que cada alma pueda saber de ella.” (Diario, 341)
“Esta Fiesta ha salido de las entrañas de Mi misericordia y está confirmada en el abismo de Mis gracias.” (Diario, 420)
Una vez, oí estas palabras: “Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a mi, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas (139, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia.” (Diario, 699)
“Sí, el primer domingo después de Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pero también debe haber obras de misericordia, que deben surgir del amor por mi. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte.” (Diario, 742)
“Deseo conceder el perdón total a las almas que se acerquen a la confesión y reciban la Santa Comunión el día de la Fiesta de Mi Misericordia.” (Diario, 1109)